La huella de carbono es el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero que se generan durante la fabricación de un producto, la realización de un proceso o actividad. Estos gases se acumulan en la atmósfera, donde adsorben la radiación y el calor, aumentando las temperaturas de la Tierra (lo que se conoce como efecto invernadero).

¿De dónde provienen? El 75% de estas emisiones proviene de las ciudades, y se estima que en 2100 la temperatura de la Tierra superará los 1,5 grados centígrados.

A continuación, algunos consejos que se pueden aplicar para la reducción de la huella de carbono (a modo personal) por medio de realizar una compra sostenible:

1. Elegir bolsas reutilizables

Una compra sustentable empieza por rechazar las bolsas plásticas y usar las reutilizables, preferiblemente las que están fabricadas en tela. Solo en Chile, el 90% de los 3.400 millones de bolsas plásticas utilizadas cada año son desechadas, por lo que es urgente tomar medidas al respecto.

2. Evitar productos empaquetados

Según estadísticas de Greenpeace, se fabricaron 448 millones de toneladas de plástico solo en 2015, y 161 millones corresponden al utilizado como empaque; además, solo se recicla 9% en todo el mundo.

Esto contribuye a la polución de los océanos, produce huella de carbono durante la fabricación y el transporte pre y post uso del empaque, además de afectar a las especies marinas.

Por estas razones, una compra sostenible consiste en adquirir productos sin empaque o acudir a locales de venta de alimentos y productos higiénicos a granel, llevando envases reutilizables de vidrio, por ejemplo.

3. Escoger productos de temporada

Parte del proceso de la reducción de la huella de carbono es elegir productos de temporada para acortar la ruta de distribución, pues comprar frutas y verduras de otros lugares del mundo implica emisiones de carbono al transportarlas. De igual forma, los productos locales requieren menos formas de almacenamiento y conservación.

En este sentido, si se habita en proyectos inmobiliarios con una fuerte identidad de barrio se recomienda optar por las ferias y tiendas del sector, comprar directo a los agricultores y evitar productos de conveniencia, como frutas y verduras cortadas en empaques plásticos.

4. Utilizar la bicicleta o caminar

Al igual que el punto anterior, es posible reducir la huella de carbono durante las compras si se va al supermercado en medios de transporte alternativos y ecológicos, como ocupar una bicicleta o ir incluso caminando.

5. Comprar solo lo necesario

Alrededor de 1.300 millones de toneladas de comida se pudren cada año, ya sea producto del desperdicio en casa o de malas prácticas de almacenamiento antes de ser adquiridos por el consumidor. Esto implica desechos, emisiones durante el transporte del producto y contaminación por basura, así que es recomendable comprar solo lo necesario para el hogar.

Para ello, se sugiere realizar listas antes de ir al supermercado, adaptarlas al número de consumidores y modificarlas al notar que algún producto adquirido en exceso se ha dañado antes de consumirlo.

6. Escoger productos ecológicos

Una compra sustentable incluye opciones vegetarianas y reducción del consumo de carne. Se estima que 62% de los gases de invernadero provienen del ganado vacuno.

Por otro lado, la agricultura y otros usos de la tierra representan 23% de las emisiones totales ocasionadas por la industria alimenticia; en ambos casos, los procesos de producción conllevan grandes consumos de energía y recursos naturales.

Se debe optar por alimentos de huella de carbono cero, además de elegir modelos de producción menos industrializados.

 

Durante las compras, es importante tener conciencia de las cadenas de fabricación de los alimentos, investigar su procedencia y elegir aquellos que impliquen una huella de carbono menor. De esta forma, es posible contribuir con la reducción de las emisiones en las actividades diarias.