El distanciamiento social, y las medidas de higiene aplicadas en todo el mundo debido al nuevo coronavirus, también están replanteando cómo deben ser los diseños de las oficinas. Se trata de un nuevo comienzo para garantizar la productividad y, al mismo tiempo, cuidar la salud de los colaboradores que retornarán a los espacios comunes después de superada la crisis sanitaria.
Aunque por ahora no hay unanimidad en el diseño de las nuevas oficinas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda concebir espacios que incluyan dosificadores de desinfectante de las manos, mascarillas, cubos de basura con tapas, entre otras medidas de prevención.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) enfatiza la necesidad de asegurar espacios que reduzcan el contacto entre personas.
De momento, se recomienda a los inversionistas comprar oficinas donde se puedan habilitar más espacios como una forma de cumplir la distancia prudencial y desechar la práctica de los escritorios alienados uno junto al otro.
Una primera opción a la vista pueden ser las oficinas flexibles, que nada tienen que ver con oficinas pequeñas. Son más bien áreas con estructuras colaborativas y espacios compartidos que se pueden modificar en relación con las necesidades cambiantes de las organizaciones.
En medio del cambio provocado por el COVID-19, han surgido nuevas tendencias en el diseño de las oficinas que, aunque no son concluyentes, muestran un adelanto de lo que viene en el posible retorno gradual y escalonado de los espacios laborales.
Se prevé que algunas oficinas incluyan nuevas divisiones, sobre todo para cumplir el distanciamiento recomendado entre personas -entre 1.5 y 2 metros-. Eso traerá como consecuencia la ausencia de puestos fijos y la rotación del personal en oficinas flexibles que serán más colectivas y menos individuales.
Si las empresas deciden mantener algunas oficinas pequeñas, la tendencia es que haya divisiones diseñadas con vidrio, acrílico o revestimientos con porcelana o granito. En cualquier caso, se evitará el usar material textil, madera natural y cualquier superficie porosa donde se puedan almacenar bacterias.
El aire interior reciclado que circulaba en las oficinas cerradas antes de la propagación del COVID-19 es un asunto del pasado. Ahora la tendencia será una mayor ventilación donde se respire mejor calidad del aire y, sobre todo, exista más conexión del espacio interior con el entorno.
En Chile, un ejemplo claro de este concepto son las oficinas La Reina situadas cerca del mall Plaza Egaña, en el límite de las comunas de La Reina y Ñuñoa.
Otra tendencia mucho más sofisticada es el proyecto del diseñador egipcio Mohamed Radwan llamado “Q.workntine”, premiado en la categoría de Diseño Responsable en los Premios de Diseño de París DNA.
¿En qué consiste? Son los mismos cubículos del pasado, pero en forma de cápsulas dotadas con ventilación de aire purificado y puertas automáticas de acrílico que funcionan con reconocimiento facial para evitar el contacto con las superficies.
No obstante, por ahora esta propuesta resulta más costosa que adquirir oficinas que pueden ser adaptadas fácilmente a las actuales medidas de salubridad a un bajo costo.
Al margen de las nuevas tendencias, en Chile ya existen diseños de oficinas con las mejores condiciones para asumir la etapa post COVID-19 con prevención y seguridad.
Sin duda, el proyecto más destacado es Egaña Oficinas de Inmobiliaria Exxacon ubicado de forma estratégica en el nuevo polo metropolitano oriente de la ciudad capital. Estas oficinas La Reina forman parte del auge de desarrollo y modernidad de la zona, donde existe un ambiente de negocios, conectividad y presencia de servicios a la altura de lo que requieren las organizaciones modernas.