Muchos se preguntan si ante el panorama actual vale la pena la inversión inmobiliaria. Este año las cosas no resultaban fáciles debido al clima de protestas por reivindicaciones sociales y la incertidumbre política por el plebiscito de cambio de Constitución.
Ahora, y para completar el complejo escenario del país, el nuevo coronavirus COVID-19 ha generado una crisis sanitaria a nivel mundial con efectos colaterales ya tangibles (caída del precio de la moneda, por ejemplo).
A pesar del clima social, político y financiero, la inversión en bienes raíces sigue siendo, y por mucho, una de las mejores apuestas para generar buenos dividendos en lo económico. Estas son cuatro razones para invertir:
La Unidad de Fomento (UF) es una moneda que no existe físicamente, pero ocupa un lugar preponderante en la inversión inmobiliaria (compra y venta de viviendas) y para los créditos y bonos, tanto del Estado como de las empresas.
La mayor ventaja de invertir en UF viene dada por la forma cómo se calcula su valor: está sujeto al marcador inflacionario, es decir, se determina de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En otras palabras, si no hay inflación, la UF se mantiene igual en relación con el peso; si hay inflación, aumenta su valor y si hay deflación, su valor baja.
En términos concretos, lo anterior significa que con una 1 UF siempre se podrá comprar lo mismo, incluso dentro de 20 años o más. ¿Qué es lo que varía? El valor de la UF en pesos.
Por ello, la inversión en bienes raíces en UF es una protección contra la inflación y las volatilidades que puede presentar la economía en tiempos de crisis.
Recientemente, el Banco Central anunció una medida histórica de reducir la tasa de interés hasta 1%. Con dicha medida se busca que el mercado de crédito tenga un normal funcionamiento en medio de la crisis generada por el COVID-19.
Esta situación -aparte de la flexibilidad que han otorgado algunas entidades financieras para el pago de los dividendos– hace más atractiva la inversión en tiempos de crisis porque un crédito hipotecario, o de consumo, es más barato al tener que pagar una baja tasa de interés reducida al banco.
Por lo tanto, es un buen momento para pedir un préstamo al banco y ejecutar la inversión inmobiliaria.
Aunque las manifestaciones sociales de 2019 tuvieron un impacto en muchos mercados (incluyendo el inmobiliario), al observar el marcador histórico de los últimos años la venta de inmuebles -particularmente de departamentos- sigue en continua expansión, por lo que no deberían haber mayores obstáculos para el inversionista al momento de buscar un público interesado en adquirir o arrendar una propiedad.
La rentabilidad de una inversión es un aspecto que se debe evaluar antes de tomar una decisión porque determina las ganancias que se obtienen producto de la inversión. En cuanto a las proyectadas, el mercado inmobiliario entrega cifras positivas a sus inversores, incluso mayores que la renta variable (IPSA de la Bolsa).
De esta manera, y dependiendo del proyecto inmobiliario y su ubicación, el inversionista puede percibir la no despreciable cifra de 6,5% de rentabilidad promedio.
Sin duda, la inversión en tiempos de crisis, en especial la inversión inmobiliaria, rinde buenos dividendos. No obstante, para garantizar un buen retorno de la inversión hay que saber identificar aquellos proyectos que brinden buenas soluciones de habitabilidad.
Por ejemplo, los proyectos de Exxacon, todos ubicados en las comunas de mayor atractivo inmobiliario en Santiago, pueden aumentar las posibilidades de recibir ese ansiado retorno positivo de la inversión.