Dos mujeres ganan el premio Pritzker de arquitectura

Dos mujeres ganan el premio Pritzker de arquitectura

08 · 04 · 20

El mundo de la arquitectura y el desarrollo urbano tienen buenas noticias: el Premio Pritzker 2020 fue entregado a Yvonne Farrell y Shelley McNamara, socias fundadoras de Grafton Architects, siendo el primer año en el que el galardón es entregado a un equipo formado por mujeres.

¿Pero qué alcance tiene este premio y porque el galardón entregado este año marca un hito?

La presencia femenina en la arquitectura

El premio Pritzker es considerado como el premio Nobel de la arquitectura y año tras año reconoce a lo mejor de esta disciplina a nivel mundial.

Otorgado desde 1979 y establecido por la familia Pritzker, su objetivo “es honrar a un arquitecto o arquitectos vivos cuyo trabajo construido demuestra una combinación de talento, visión y compromiso; y ha producido contribuciones consistentes y significativas para la humanidad y el entorno construido a través del arte de la arquitectura”.

Hasta la fecha, solo en tres oportunidades se ha entregado a arquitectas mujeres, Zaha Hadid en 2004, Kazuyo Sejima en 2010 y Carme Pigem en 2017 (las dos últimas no recibieron el premio individualmente, sino que con compañeros de trabajo).

Lo anterior demuestra una lamentable tendencia: el mundo de la arquitectura ha sido durante mucho tiempo un territorio dominado por hombres, siendo pocas las mujeres que lograban destacar.

Sin embargo, desde hace varios años las mujeres han empezado a despuntar y brillar como referencias y autoridad en cuanto a las propuestas, diseño y desarrollo de proyectos.

Yvonne Farrell y Shelley McNamara: nombres que han hecho historia

Ambas graduadas de la University College de Dublín, son de origen irlandés y juntas son fundadoras de Grafton Architects. Paralelamente a su trabajo en la firma de arquitectura que comparten, dedican parte de su tiempo a la enseñanza en distintas universidades en el mundo.

Dentro de su desarrollo profesional, han hecho varios proyectos de edificios dedicados a la enseñanza y la cultura. La firma de la cual son socias este par de mujeres arquitectas ha desarrollado recintos de un importante valor urbanístico, entre los cuales destacan:

Grafton Architects se caracteriza por tener un catálogo de proyectos en muchos lugares del mundo, principalmente en Irlanda, donde está ubicado. Fundado en 1978, ha ido creciendo guiado por sus socias y su increíble habilidad para interpretar y entender la ciudad.

A lo largo de los años su práctica ha evolucionado dando siempre servicio al usuario y al contexto, mejorando las condiciones de los entornos. Esto es un factor sumamente valorado para la elección del ganador del premio, por lo que no es extraña la decisión del jurado de considerarlas acreedoras del Premio Pritzker 2020.

Sensibilidad con la ciudad y la comunidad

Por otro lado, su trabajo se caracteriza por ser una arquitectura muy sensible al contexto en el que se encuentra. La elección de materiales y formas busca siempre ser muy cercano al usuario y estar relacionado con el entorno y con la ciudad.

Las galardonadas tienen un amplio sentido de la escala lo que permite que los ocupantes tengan una relación acogedora y cercana con el espacio, sin importar el tamaño de este.

Tanto en proyectos de menor tamaño como en edificios muy grandes, estas mujeres arquitectas consiguen entender el contexto mejorando la relación con la ciudad y la integración con la comunidad.

De hecho, de acuerdo con el jurado “su enfoque de la arquitectura siempre es honesto, revelando una comprensión de los procesos de diseño y construcción desde estructuras a gran escala hasta los más mínimos detalles”.

Mujeres en la arquitectura y el desarrollo inmobiliario

Las mujeres en la arquitectura han ido ganando cada vez más terreno y nombre. Tal es el caso de la arquitecta Nicole Solé -Gerente General en Exxacon Desarrollos Inmobiliarios– quien ha promovido mediante el desarrollo inmobiliario un sistema de vida en el que el usuario cuente con todo el equipamiento necesario para potenciar la calidad con la que realiza sus actividades cotidianas.

Su enfoque va dirigido principalmente a gente integrada al entorno urbano y que tiene una vida que requiere de servicios y conexión con la ciudad. Entender la vida en comunidad y el contexto en el que se desarrolla es necesario para entregar a las personas la mejor experiencia que puede tener en el lugar que habita.

El papel de las mujeres dentro de los distintos campos relacionados con el mundo de la arquitectura es, sin duda, más visible en la actualidad.