Hasta hace pocos meses, la mayoría de las personas solo estaban en sus hogares el tiempo necesario para descansar, comer y dormir. En la actualidad, por el contrario, deben permanecer en la casa la mayor parte del tiempo, mientras realizan sus actividades entre las paredes de sus casas o departamentos, y COVID-19 es la causa.
Lo anterior, lleva a replantear la relevancia en la distribución y tamaño de algunos espacios habitacionales.
Aunque en algún momento llegarán a relajarse las medidas de confinamiento, es altamente probable que los escenarios post COVID-19 sean diferentes a la “otrora normalidad”.
Por ejemplo, se tendrán que normalizar ciertas acciones de higiene, como lavado de manos o procurar mayor limpieza a espacios confinados; también es probable que el teletrabajo en algunas empresas y clases virtuales en escuelas se den de manera más frecuente, así como el pasar más tiempo en el hogar.
Por ello, se debe evaluar de qué forma adaptar los espacios a esta nueva realidad.
Los arquitectos ya piensan en cómo deberá ser el hogar post COVID-19 para mantener seguros a sus habitantes sin afectar su calidad de vida.
La arquitecta española María José Peñalver apuntó al respecto que durante el confinamiento “se ha abierto un periodo de reflexión para observar todas las carencias que existen en el lugar donde habitamos”.
Además, afirmó que bastaron tres semanas para que la sociedad se diera cuenta de que vive en espacios demasiado pequeños y “poco flexibles, con carencia de metros cuadrados, con deficiencias comunicativas con el exterior que llegan a provocar desorientación de espacio tiempo”.
Entonces, ¿qué características podría tener el hogar post COVID-19?
Un espacio que antes prácticamente no existía, hoy debe considerarse sí o sí. Se habla de un lugar que sirva como filtro sanitario que tendrá que ser amplio, además de contar con mobiliario para colocar los zapatos, un perchero para bolsos y abrigos, y a mano, un dispensador de gel.
Aunado al problema preexistente del cambio climático y la necesidad de hogares sostenibles, el permanecer más tiempo en casa debe dirigir a la población a considerar el emplazamiento de los edificios de acuerdo con las condiciones climáticas, con el fin de obtener mayor beneficio en cuanto a calor, luz y ventilación, con menor gasto energético.
En cuanto a materiales, es posible que se posicionen aquellos que tengan un comportamiento antibacteriano.
En zonas densamente pobladas, donde la mayoría de la población vive en departamentos, aquellos que tienen una terraza o un balcón amplio son privilegiados.
Hasta ahora el punto de reunión era el living o el comedor. Hoy, las familias se reúnen al aire libre en las terrazas, por ello, estos espacios ventilados tendrán mayor importancia en la arquitectura.
A pesar de que, en algún momento, quienes realizan teletrabajo volverán a las oficinas, es probable que muchas empresas decidan mantener algunos puestos de trabajo a distancia, por lo menos de manera parcial.
De igual manera, pensando en estar preparados para una situación similar, las nuevas viviendas deberán considerar espacios aislados, con buena iluminación y ventilados destinados a trabajo o estudio.
Es muy posible que, para mantener los índices bajos de contaminación y poca aglomeración de personas, se prefieran nuevas formas de movilidad, como bicicletas, por ejemplo.
Así mismo, los proyectos inmobiliarios que tengan una excelente ubicación -como “Casa Bustamante” y “Egaña 2” de Inmobiliaria Exxacon- entregaran ventajas importantes a sus residentes, en cuanto a reducir las posibilidades de contagios.
No cabe duda que desde ahora habrá una relación directa entre las características de los departamentos y COVID-19, donde la funcionalidad y versatilidad serán las características más importantes, con el objetivo de permitir una vida entre paredes con el mayor confort posible en caso de tener que enfrentar una situación similar a la crisis sanitaria que se está viviendo.