En decoración, como en gustos, realmente no hay nada escrito. Cada uno puede crear en su casa su propio estilo, lo que no significa que este resultado sea siempre armónico o práctico.
Por esa razón, siempre es bueno tener algunas nociones sobre la combinación de estilos y de paso derribar algunos mitos sobre ciertos elementos que supuestamente no se deberían combinar.
En ese sentido, al estilo rústico siempre se le ha asociado con lo rural, campestre o playero, con una idea de relajo, de improvisación, de aprovechamiento de recursos. Es una opción que otorga calidez en los espacios, lo que pareciera no ser compatible con elementos decorativos modernos, pero lo cierto es que ambos pueden complementarse muy bien, logrando un resultado original y ecléctico.
De hecho, lo rústico hoy forma parte de la decoración moderna, por lo que ambos estilos no son necesariamente contrapuestos.
Hay diversas formas de integrar ambos estilos que parecen tan contrapuestos.
Mientras lo rústico se asocia a la madera sin tratar, la piedra en bruto, las fibras naturales o los textiles étnicos, el estilo moderno aplica distintas técnicas según la interpretación de cada quien, pero responde principalmente a diseños contemporáneos. La idea es jugar con ambos estilos para armonizarlos y lograr ese resultado único.
¿Cómo lograr combinarlos? De las siguientes maneras:
Una pared en bruto, de ladrillos o de cemento sin pintar, tienen un gran potencial, si se aplican elementos como cuadros de arte abstracto, o un arrimo metálico con adornos que contrasten con esas murallas al natural.
Un sillón en L, de diseño minimalista, puede otorgar el balance en un living con vigas o piso de madera, haciéndolo lucir más moderno. Otros elementos, como alfombras, sitiales o butacas de diseño más contemporáneo, pueden ayudar a contrarrestar lo “campestre” de la madera.
La vieja silla o butaca de la abuela puede tener una nueva oportunidad en una casa moderna, aplicando pintura de colores fuertes y retapizando con telas de diseños geométricos.
Los espacios abiertos son propios de las casas modernas, pues se aprovecha al máximo el metraje disponible. Una cocina de concepto abierto puede incorporar, por ejemplo, unas pantallas de ratán para la iluminación de la isla principal.
El arte forma parte esencial de un espacio que se piensa decorar, y en ese sentido, cualquier área originalmente rústica, con paredes pintadas con cal o chimenea de hierro, por ejemplo, puede ser complementado con alguna pieza artística original de arte contemporáneo, como cuadros o esculturas.
Para darle a una casa un aire más rústico y cálido, se puede incorporar marcos de madera natural a las ventanas. Otra opción es cambiar los pisos de alfombra o cerámica por pisos de madera, o eliminar el papel mural o la pintura tradicional, dejando alguna pared en bruto o pintada simplemente con cal, sin pulir.
En definitiva, una ambientación mixta ofrece originalidad, porque está abierta a millones de posibilidades, solo basta con aplicar la creatividad y armonizar los distintos elementos, texturas y materiales.