Resiliencia urbana: preparándonos para el futuro

Resiliencia urbana: preparándonos para el futuro

08 · 07 · 19

La resiliencia es un concepto que ha cobrado fuerza en los últimos años y se refiere a la capacidad de adaptación y reacción ante determinadas situaciones. Este concepto también puede aplicarse a la organización de las sociedades, y es de suma importancia para construir un futuro próspero a nivel de urbes.

Resiliencia urbana: la clave para la prosperidad de las sociedades

Este concepto se refiere a la capacidad de un asentamiento urbano para mantenerse vivo y funcional después de haber sufrido alguna crisis social o ambiental. Una ciudad es resiliente cuando la población está preparada para enfrentar situaciones de emergencia -esperadas o inesperadas- gracias a sus conocimientos, formas de organización y a una infraestructura capaz de mantenerse firme ante determinados sucesos.

La historia nos ha enseñado que las ciudades son vulnerables, pues muchas ellas han llegado a su fin por guerras, hambruna y desastres naturales, entre muchas otras causales.

Cambio climático

El cambio climático no es algo nuevo, y en otros períodos de la humanidad ha provocado la desaparición de ciudades enteras. Por ejemplo, se cree que el fin de  la civilización maya se debió principalmente al cambio climático, que trajo consigo una intensa sequía.

Por eso debemos estar preparados para que las ciudades actuales -que albergan a miles e incluso millones de habitantes- puedan sostenerse en el futuro, siendo capaces de aguantar ante eventos como terremotos, inundaciones o sequías.

Crisis actual

Cerca del 80% de la población de América Latina y el Caribe habita en ciudades y está a merced del cambio climático provocado -entre otras causas- por el uso de combustibles fósiles y la deforestación, aspectos que elevan las probabilidades de sufrir inundaciones, deslaves y sequías. Si no se generan las condiciones adecuadas para la resiliencia urbana, estaremos en una situación de gran vulnerabilidad.

En el mundo existen por lo menos 15 ciudades que se encuentran en peligro de desaparecer debido al calentamiento global y el consecuente aumento del nivel del mar, como Ámsterdam, Tokio, Venecia y Nueva Orleans. Otras, como Ciudad de México, podrían hundirse por la extracción excesiva de agua del subsuelo.

Soluciones

1. Sustentabilidad

Es urgente apostar por la sustentabilidad y aplicarla a cualquier tipo de proyecto inmobiliario por pequeño que sea, como condominios, centros comerciales e industrias. Se deben implementar tecnologías que ayuden a mitigar el impacto que el ser humano ejerce sobre el planeta.

Ejemplos de esto son los sistemas de captación de agua de lluvia, paneles y calentadores solares. Por otro lado, los huertos urbanos, sistemas de transporte público efectivos y el impulso a pequeños comercios para activar la economía local son mecanismos efectivos para la resiliencia de las urbes.

2. Identificar fortalezas y debilidades

Los proyectos inmobiliarios deben partir de la elaboración de un diagnóstico participativo para identificar problemas y posibles soluciones junto con la población. El diagnóstico posibilita la organización y un cambio de paradigmas para que la población tenga las mejores condiciones para adaptarse a los inminentes cambios del entorno. Aprender del pasado es vital para anticiparse al futuro y prevenir posibles riesgos.

Para concluir, es importante comprender que no todos los asentamientos urbanos milenarios han sufrido un destino fatídico. Algunos ejemplos son Pekín, fundada en el año 1045 A. C. ;  Cádiz, en 1100 A. C. y Biblos, cuyo nacimiento se remonta 5000 años atrás.

Por eso es importante que los proyectos urbanos estén preparados para afrontar posibles problemas como desabastecimiento de agua y otros recursos, y que cuenten con los mecanismos adecuados para enfrentar conflictos, desequilibrios ecológicos y otros eventos que pueden impactar considerablemente cualquier asentamiento urbano.