De acuerdo con datos del Banco Mundial, cerca del 55 % de la población -4200 millones de personas- viven en ciudades, y en 2050 la cifra se duplicará llegando a 7 de cada 10 habitantes. Teniendo en cuenta esto, el urbanismo debe empezar a gestionarse adecuadamente para que las urbes crezcan de forma sostenible, sin afectar la calidad de vida ni el medio ambiente.
En este sentido, las “ciudades de un cuarto de hora” -Ville du quart d’heure-, podrían contribuir significativamente a la superación de este desafío.
En líneas generales, es una propuesta que consiste en planificar y diseñar microbarrios en los cuales sus residentes puedan encontrar a menos de 15 minutos de sus hogares todo lo necesario para vivir bien; o, en palabras de Carlos Moreno, académico y teórico del concepto, las “seis cosas que hacen feliz a una persona urbana: vivir con dignidad, trabajar en condiciones dignas, comprar, bienestar, educación y ocio”.
La propuesta la presentó Anne Hidalgo, alcaldesa de París, el 14 de enero del año en curso, como el eje central de su segundo mandato. El objetivo es crear barrios más autosuficientes, que impulsen la vida de barrio en comunidad.
En París, las escuelas serían los epicentros de estos microbarrios. La idea es convertir estos recintos, especialmente sus espacios al aire libre, en “refugios de paz”, donde ciudadanos pueden respirar, atar relaciones pacíficas e incluso implementar agricultura urbana.
La propuesta también incluye reformar los espacios públicos y eliminar los estacionamientos para crear más áreas verdes, ciclovías y parqueaderos de bicicletas. El proyecto supone una serie de iniciativas ecológicas que ya se han venido desarrollando, como prohibir en la ciudad todos los vehículos diésel para 2024 y los autos a bencina para 2030.
De esta manera se hace frente a las ciudades fragmentadas donde, usualmente, las personas trabajan o estudian lejos de sus casas, interactúan poco con sus vecinos, no encuentran cerca los servicios o funciones que les aportan satisfacción y disfrutan de poca calidad ambiental.
En una ciudad accesible las personas se desplazan menos en sus autos y contribuyen significativamente a la implementación de techos verdes y huertos urbanos.
Lo anterior, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero que, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), alcanzó en 2018 un récord histórico, acelerando el calentamiento global.
Además, mejora la vida cotidiana de las personas al conectarlas socialmente y evitarles largos desplazamientos para consumir los productos y servicios que necesitan. El tiempo ahorrado puede reducir sus cargas de estrés y ser usado para otras actividades benéficas, como el deporte, el ocio y el compartir con la familia.
Al final, este concepto se adapta a la creciente tendencia de comprar propiedades hiperconectadas para que sus habitantes logren una mejor calidad de vida. Este tipo de departamentos, que se caracterizan por emplazarse en ubicaciones estratégicas de la ciudad, son muy cercanos a multitud de servicios: bancarios, restaurantes, transporte, entretenimiento, etc.
Vivir en ellos reduce la ansiedad que suele estar asociada a las grandes ciudades y les permite a las personas ahorrar dinero al no tener que hacer largos desplazamientos.
Un gran ejemplo de dónde comprar propiedades de este tipo, es el Edificio Walk, de Inmobiliaria Exxacon. Está a un minuto a pie del paseo El Mañío, a dos del Tío Tomate, a tres de las tiendas de lujo de Alonso de Córdova y a solo 20 del Parque Bicentenario. Gastronomía, productos, deporte y ocio al alcance de la mano.